jueves, 15 de septiembre de 2011

LA MAR MORENA

Me llamaba " la morenina", o" la de la piel morena", para distinguirme de mis hermanas.
Un día no volvió.
Cuando miro al mar, me parece que veo sus lágrimas. Llora por mí. Y yo por él.
El otro día oía las voces de siempre. Salí al mar para ahogarlas.
Llegué hasta el agua honda y braceé de nuevo hacia la playa.
No noté que era la bajamar. Algunas rocas se erizaban a ras de la superficie.
Recibí un golpe en el vientre y hube de ponerme de pies sobre la roca musgosa: sangraba.
Una gran ola me azotó las espalda subitamente. Me volcó hacia adelante, hundiendome. Tragué agua salada a borbotones.
Entonces, entre las algas verdes, lo ví: un gran trozo astillado de su barca de pesca.
Pintado sobre él, en letras verdes: " La de la la piel morena".

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