viernes, 31 de diciembre de 2010

nena

Si has visto a cualquier hombre desnudo
me has visto a mi.
Te estoy mirando desde todos los sitios sin que me lloren los ojos
pero toda mi carne apabullada llora sin hacer ruido.
Y todo el dolor de los excluidos, de los vagabundos, de los borrachos,
de los tristes, te está amando, te está pidiendo el próximo baile
desde mis heridas, heridas de puñetazos, navajas y jeringuillas.
En el rincón del olvido crujen los postigos de aquella vieja puerta
por donde la muerte aparece para arrebatarnos lo último
que nos queda, la última pieza de amor pegada al hueso,
el último trozo de beso partido.
Si has visto a cualquier hombre desnudo y sanguinoliento
en una esquina del invierno atroz,
como a cualquier pobre cristo inútil,
me has visto a mi, al luchador caído,
la sombra de Roy Orbison con ojos sin pupílas,
espectral al fondo umbroso de los enormes autobúses que cruzan
la asesina noche de Texas. Si has visto a cualquier hombre desnudo,
carne de cárcel, ahíto de terror y de alcohol,
enamorado como una niña,
pidiendote, Oh dama, Oh dama inexistente, sombra apenas
de aquella con quien realmente soñaba, pobre mujer cuya sangre se ha ido
evaporando del mundo con la lluvia, Oh dama eterna, dama mortal,
que bailes conmigo el último baile, sobre la nieve dura, en el círculo
de luz rota del Boulevard Palmerston, donde los pielesrrojas
asqueados de la realidad vomitan la vida y se alzan como águilas
hacia la luna de los antaños, ,la luna de estaño intemporal...
Oh, dama sin alma de mis amores inmensos,
paloma del miedo, patatita rugosa:
si has visto a un hombre cualquiera de verdad desnudo
partido y terrible, ven a bailar conmigo,
me has visto a mi. Ven a bailar
el último triste baile sobre las hojas de las navajas.

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